Mirar

Mirar
Dibujo de Elena Cardoso

miércoles, 22 de septiembre de 2010

MIrar la vida

Mirar la vida

Al abrir los ojos el mundo entra oficialmente en nosotros y nosotros entramos oficialmente al mundo y, por ende a la vida. Al nacer vemos el mundo con ojos nuevos, con todos los sentidos preparados para apreciar lo qué pasa a nuestro alrededor, es más tarde, cuando hemos aprendido ciertas cosas que comenzamos a mirar. Vemos con el sentido de la vista, pero miramos con la unión de todos los sentidos, analizando desde nuestras propias experiencias, aprendizajes e intuiciones para comprender lo que nos rodea.

Cuando miramos, lo hacemos desde nuestros prejuicios, desde nuestros miedos, desde nuestros sentimientos. Miramos desde las enseñanzas de nuestras abuelas, de nuestros abuelos, de nuestros padres, tíos, hermanos, maestros. Podemos mirar aunque seamos ciegos y no podamos ver. Mirar es un maravilloso descubrimiento de las cosas que no conocemos, es imprescindible para solucionar problemas y develar misterios. Ver es igual para todos, sencillamente registramos datos, pero esos datos sólo los discriminamos cuando miramos.

Siempre miramos desde nuestra propia percepción del mundo, creada por nuestras creencias y valores, algunos inculcados cuidadosamente desde la infancia, otros adquiridos a lo largo de nuestra existencia, incluso podemos mirar con nuestros otros sentidos, como cuando sentimos una superficie suave, o escuchamos el sonido de la lluvia, u olemos un delicioso aroma o probamos una comida sabrosa.

En resumen, mirar es apropiarse del mundo que entró en nosotros cuando abrimos los ojos por primera vez. Mirar es una eterna sumatoria de todo lo que nuestros ojos ven, y nuestros otros sentidos sienten, los rostros, las actitudes, los libros, las películas, las pinturas, las obras teatrales, las fotografías, las comidas, los vinos e incluso la música que escuchamos que, a veces, también se puede ver, entonces mirar es el oficio que hace que nos apropiemos de la vida y la hagamos nuestra.